Generalmente una escuela aspira a proporcionar oportunidades de formación y desarrollo no sólo en el campo de los conocimientos, sino que en otras destinadas a intereses culturales específicos, que constituyen las actividades electivas o extraprogramáticas del plan de estudios. Estas oportunidades no deberían ser menospreciadas por el alumno puesto que tienden a completar su propia formación, a mejorar sus relaciones con los demás miembros del grupo y a proporcionarle recreación sana.
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